06 junio, 2014
Lo que hay dentro
13 febrero, 2010
13 septiembre, 2009
23 septiembre, 2008
Incertidumbre
Ha escurrido un llanto,
Se ha desatado un tormento devorador intransigente,
Se han plantado a mansalva una serie de enigmas
Y hay una caída eterna de momentos disipados, engullidos y regurgitados
Y se han hecho celebre espacio en este momento que sabe a lenguas encadenadas.
Yo he sido sorda tantas veces, he faltado en palabra a la vida,
He renegado inútilmente a mi andar vacío
Sin llegar a llenar mis bolsillos de agua bendita.
He dejado que cada una de mis niñas se malcríe con el devenir del tiempo,
Que cada una sea pájaro viajero de tierra en tierra.
Huérfanas de cara sucia.
Es por esto que se ha levantado un lienzo blanco,
Pulcro de extremo a extremo.
Y el puño tiembla cuando sabe que se alza bajo una verdad emergente,
De brisa perdida, un velo rasgado de inconsciente llanto.
He de partir, entonces, y desde el primer trazo han de bailar los colores
Para descifrar en formas lo que hasta entonces era un millar de vidrios rotos.
Y a pesar de la torpeza de mis manos y las suyas,
Se que debemos juntarlas una por una, para armar este enigma.
A pesar de la caiga, a pesar de la escalada.
Por que este torbellino no sabe de muertes,
No sabe de glorias, ni mucho menos de bendiciones.
Este huracán de piernas largas, esta jugando conmigo
Y a pesar de tener la posibilidad de caer en el, de perder el control,
Y no hallar las últimas piezas del puzle,
La conclusión será la que ya se planto entre la incertidumbre.
Esta conclusión no sabe de muertes, ni de glorias, ni de bendiciones.
La conclusión esta tomada antes de emprender el inicio.
Foto: James Nachtway
12 mayo, 2008
Sin envergadura
Había ido al cine a ver una película con un amigo y nuevamente se sentía defraudada frente al amor. Tomó el metro y se subió al carro pensando en que nunca más se enamoraría, creyendo que ya era suficiente lo que había sufrido en su desencantada adolescencia, fue entonces cuando lo vio, de pie, apoyado sobre el respaldo de un asiento, con su rostro mirando hacia fuera. Se acerco al sujeto, lo miró y él, al percatarse, repitió el acto en viceversa y así de estación en estación se miraron como buscando algo. Él se alisto para bajarse, de su mirada se desprendió algo así como una despedida y salio del carro, entonces ella sintió la vehemente necesidad de correr tras él y en el momento exacto en que las puertas se cerraban decidió bajar, lo siguió hasta llegar a la calle, él se volteó para verla, como si se hubiese percatado de su presencia, ella corrió tras él, pero en ese momento dudo más de un minuto, su cabeza se pobló de imágenes grises, de dudas disipadas, pero hubo tan sólo una esperanza y esa la hizo dar dos pasos y levantar la mirada hacia ese encuentro fortuito mas la oscuridad de la noche y el mar de gente que se reúne en las grandes avenidas, atrapó al sujeto en su ola, devorándolo, haciéndolo desaparecer, haciéndole perder la última esperanza de esa noche.
Julia Fullerton-Batten.
21 abril, 2008
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27 febrero, 2008
Discordia
De pronto la llama del útero le trae de regreso lo perdido y el deseoso poder del rasgado se queda hundido en el placar de la cama manchada, entre las pesadillas de la noche pasada, entre los gemidos que nunca tendrán espacio en aquellas cinco paredes acolchadas de alucinaciones, de los pensamientos fundidos, perdidos. Vuestros pasos se atravesaron en el mundo descaminado y tus encuentros no son los deseados.